EL
NAUFRAGIO ESPIRITUAL
HECHOS 27
39. Cuando se hizo de día, no reconocían la
tierra, pero veían una ensenada que tenía la playa, en la cual acordaron varar,
si pudiesen, la nave.
40. Cortando, pues las anclas, las
dejaron en el mar, largando también las amarras del timón; e izada al viento la
vela de proa, enfilaron hacia la playa.
41. Pero dando en un lugar de dos
aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, quedó inmóvil, y la popa
se abría con la violencia del mar.
42. Entonces los soldados acordaron
matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando.
43. Pero el centurión, queriendo salvar
a Pablo, les impidió este intento, y mando que los que pudiesen nadar se
echasen los primeros, y saliesen a tierra;
44. y los demás, parte en tablas, parte
en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.
En la
reflexión que les quiero compartir hoy, nos vamos a centrar en el versículo 41.
Todo
creyente mantiene permanentemente un peligro en su vida y ese peligro es el de
caer “en un lugar de dos aguas” dice aquí la palabra que iban navegando pero
dando en un lugar de dos aguas, era un bajío o un arrecife junto a las orillas
de la playa, el barco llega a ese punto y queda allí atrapado; Vr 41 hicieron
encallar la nave quedó allí atrapada, y la proa, hincada la parte delantera quedó hundida inmóvil y la popa, la cola del
barco, se abría con la violencia del mar, las aguas del mar empezaron a
destrozar el barco. Ya sabemos que todos se salvaron pero en lo que yo quiero
hacer énfasis es en lo siguiente:
El
naufragio espiritual en un creyente se produce cuando el creyente entra en
lugares de dos aguas, ¿Cuándo se encuentra un creyente en un lugar de dos
aguas? Cuando creyendo en Dios y en su palabra no la obedece, no la práctica,
no la vive. La invitación es a que
meditemos seriamente en este tema, a que usted evalué, a que usted se
confronte, a que usted analice mi
amada(o) creyente. A que usted analice si quizás usted ha entrado en lugares de
dos aguas o ya se encuentra o está en un lugar de dos aguas; el creyente no
puede estar en un lugar de dos aguas.
Quizás la
barca de su vida esta encallada hace rato y usted no se ha dado cuenta y el enemigo
es experto en llevarnos a nosotros los creyentes mientras navegamos por esta
vida a caer en lugares de dos aguas.
Fue cuando
cayendo en lugares de dos aguas que literalmente la proa del barco quedo
hincada y la popa se empezó a destrozar porque las aguas le dañaban, le
golpeaban, el barco perdió la flexibilidad natural que debe tener dentro de las
aguas del mar y al quedar encallado, quedó estancado.
ESTANCAMIENTO
ESPIRITUAL
El
encallamiento hoy se traduce como estancamiento espiritual. Un creyente puede
llevar una vida devocional, mantener una
rutina espiritual, ir a la iglesia todos los domingos y aun así mi amada(o)
estar estancados en su vida espiritual. ¿Por qué? Porque el creyente sin darse cuenta entra a un lugar de dos aguas, y así les pasó
a estos navegantes en el que iba el apóstol Pablo.
Y así
muchos creyentes se han estancado entre la obediencia y la desobediencia, entre
las aguas de obedecer la palabra y las aguas de obedecer su alma, entre las
aguas de abrir su boca para bendecir y abrir su boca para maldecir, entre las
aguas de perdonar y las aguas de mantener el rencor y el odio, entre las aguas
de la fe y las aguas de la duda y la lógica, entre las aguas de la santidad y
las aguas del pecado, dos aguas que traen un estancamiento supremamente peligroso
porque dice éste versículos en hechos 27: 41 que estas dos aguas hicieron
encallar la nave y cuando nosotros entramos en esas dos aguas en las aguas de
la palabra, en las aguas del mundo, en las aguas del deseo de buscar de Dios y
en las aguas de satisfacer la carne y no hacerlo, en las aguas de apasionarse
por las cosas de Dios y en las aguas de apasionarse por las cosas del mundo,
corremos el riesgo de estancarnos.
Es común
encontrar expresiones como ésta: “No sé qué pasa con mi vida espiritual ser
cristiano a mí me quedó grande” si usted pretende ser cristiano en sus fuerzas
navegando en lugares de dos aguas por supuesto usted no va a poder ser
cristiano, usted no va a poder ser un verdadero creyente, usted no va a poder
ser un verdadero discípulo de Cristo.
Sin
embargo la invitación que Dios hace a todo aquel que está estancado espiritualmente,
donde el reflejo de ese encallamiento es la falta de crecimiento espirirtual, el
poco apasionamiento por la palabra, por
las escrituras, la falta de amor por Dios, el poco interés por ser testimonio,
la desidia para congregarse, para reunirse junto con el cuerpo de Cristo, cantar alabanzas y gozarse
en comunión, porque ciertamente el congregarse fortalece, quien niega este
principio y afirma no necesitarlo, está
negando la palabra, porque la Biblia dice que no debemos dejar de congregarnos
como algunos tienen por costumbre. Y como el apóstol Pablo le hablaba a las
iglesias hoy yo le digo a usted hijito amado(a) si usted está encallado en un lugar
de dos aguas yo le invito a que se proponga salir de ahí, a que se proponga
salir de ese lugar, a que se proponga salir de ese naufragio espiritual, le
invito a que examine su vida, el estilo de vida que lleva y a que usted salga
navegando a aguas profundas de la consagración.
Al igual
que en la antigüedad hoy día son muchos los creyentes que se acercan a Dios, se
empiezan a congregar, empiezan a asistirá una iglesia pero con el paso del
tiempo ese crecimiento se detiene, se estanca, pareciera que diera marcha atrás
y muchos luchan con ese estilo de vida, otros a pesar de años de conocer de
Dios luchan con el tema de la oración, les cuesta mucho trabajo, les cuesta
mucho abrir su boca, les invitan a orar en una vigilia etc. y solo pueden
cerrar los ojos y no abrir la boca, pasan dos minutos y se están durmiendo. Hay
gente a la que le dice uno ore y no le salen las palabras, esta encallado, está
en medio de un naufragio espiritual y yo le aseguro que esas personas son las
personas que más se dejan llevar y dominar por su alma, usted los puede sentar
mil veces y hablarles de Dios, de la palabra, del perdón, de la conciliación,
de la santidad, de dejar el pecado etc. usted puede gastar miles y miles de
horas pero salen de la iglesia y al otro día están en lo mismo.
Entonces
cuando una persona entra en un naufragio espiritual de las primeras cosas que
vienen es un estancamiento, porque es detener el crecimiento, es detener el
obrar del Espíritu Santo, es resistir al Espíritu Santo, es contristar al
Espíritu Santo y la gente ama a Dios, quieren a Dios y creen en la palabra y le
quieren servir al Señor pero destrozan sus vidas, destrozan sus hogares con la
boca, con sus manos, con las palabras que pronuncian, maldicen con facilidad,
abren su boca para dañar a otros sin darse cuenta que mientras abren su boca
para hacer esto están dando lugar a satanás para que entre en sus vidas y no
les importa. Hay gente que enceguecida en un momento de ira hace y dice lo que
sea, lo que se les venga a la cabeza lo están diciendo y van dañando y van
ofendiendo, pero van a la iglesia, escuchan los devocionales, leen la palabra,
doblan sus rodillas y le piden a Dios ayuda y sabiduría, pero al mismo tiempo
se levantan y afrontan las situaciones de la vida a patadas, con grosería, van
dañando y maldiciendo todo lo que está a su alrededor, van invocando con
facilidad a satanás y lo van invitando, van deseando la muerte con facilidad,
van haciendo unas cosas tremendas en sus vidas contristando al Espíritu Santo
de Dios y yo les pregunto ¿Por qué actuamos de esa manera?¿Por qué actuamos de
esa forma?¿Por qué nos comportamos como si fuéramos náufragos espirituales o es
que definitivamente naufragamos y no nos hemos dado cuenta? Y esto no se trata
de que usted diga hoy sí, tengo que reconocer que esa es mi situación, a Dios
no le importa cómo está usted hoy sino que va a hacer frente a la situación. Lo
grave no es pecar, lo grave es mantenerse en pecado, lo grave no es caer, lo
grave es mantenerse caído, lo grave no es que el diablo ataque, lo grave es
dejarse vencer, lo grave no es ofender, lo grave es seguir ofendiendo. Y ¿Por
qué luchamos tanto? Porque estamos como este barco, damos con lugares de dos
aguas, entre la obediencia a Dios y la desobediencia a su palabra, entre la
santidad y lo mundano, entre los principios de Dios y en los del mundo.
¿Cómo se
encuentra usted hoy? Y si usted reconoce que está en un momento de su vida como este barco “en un lugar de dos aguas”
encallado, estancado, en donde no hay crecimiento, en donde usted dice no he
hecho nada y sigo igual y ya no sé qué más hacer. Cuando una persona esta
desesperada en medio de un naufragio espiritual y dice: ya no sé qué más hacer,
ya no sé qué más inventarme, ya no sé qué otra cosa hacer; es porque
literalmente está queriendo hacer las cosas en sus fuerzas. Cuando a causa de
pruebas duras, dolorosas o difíciles etc. usted se desespera y a lo difícil que
usted está viviendo le empieza a sumar más errores y más problemas, usted no
está confiando en Dios, usted no está esperando en Dios, sino que usted
desesperado por los problemas va y comete errores porque se está dejando
invadir de la desesperación, de la angustia, y quien así actúa pues que le está
diciendo a Dios…pues que no confía en Él.
Bueno y
¿Cómo salgo de ese naufragio espiritual?
Muy sencillo mi amado(a), para salir de un naufragio espiritual usted se debe acercar a Dios en oración como nunca antes y quizás a través de las situaciones duras, dolorosas, difíciles que usted está viviendo solo Dios está tratando de decirle: ¿Hasta cuándo has a entender que no es en tus fuerzas si no en las mías? ¿Hasta cuándo has de entender que has de doblar rodilla para buscar mi presencia? ¿Hasta cuándo has de entender que no es con tu mente, con tus emociones, con tu alma que vas a solucionar las cosas? No es en tus fuerzas. Si en medio de los problemas yo me desespero, me angustio, no tomo el control en mis emociones, empiezo a reaccionar solo basado en mi alma, entonces yo lo que le estoy diciendo al Señor es que yo no estoy confiando en su provisión sino que estoy confiando literalmente en mi voluntad y en mi sabiduría para hacer las cosas. Dios es nuestro proveedor y Él puede proveer no solo las cosas materiales, la salud, el trabajo, la sabiduría que necesitamos para superar dificultades, Dios provee la sabiduría y las estrategias que necesitamos para superar ese naufragio espiritual que nos mete en un estancamiento y empezamos a morir poco a poco.
Yo le
invito a usted que lee esto a que salga de todo lugar de dos aguas en el que
usted se encuentre, porque el lugar de dos aguas no trae vida, no trae
crecimiento, no trae progreso, no trae avance, no trae sanidad al alma, no trae
libertad. Y si usted reconoce que su alma hoy se está moviendo en lugares de
dos aguas, entre lo que usted sabe que debe hacer por la palabra y entre su
voluntad almática, deje de manejar sus cosas en sus fuerzas, deje de manejar
las cosas a los gritos, a los manotazos, deje de manejar las cosas con
amargura, deje de manejar las cosas con esas autosuficiencia que hace que se lo
trague vivo una enfermedad y usted no le dice a nadie que tiene una enfermedad
por pena, por vergüenza y usted no entiende el principio de unidad de la
oración, cuando un grupo de personas se unen a orar suceden cosas tremendas,
pero su autosuficiencia o la vergüenza que a usted le produce que sepan lo que
a usted le sucede y las verdaderas causas, el diablo por eso lo tiene
callado(a) llevando las cosas en sus fuerzas. No se mueva en dos aguas…en la
dependencia de Dios y en la autosuficiencia suya, no se mueva en lugares de dos
aguas que pidiendo que Dios le bendiga y le restaure pero dañando y destrozando
todo con su boca, con sus reacciones, con sus emociones, con sus
equivocaciones, no se mueva más en lugares de dos aguas. Yo le quiero invitar a
usted a meditar en este tema, porque muchas veces Dios quiere restaurar pero
usted mi amado(a) se mueve en las aguas del resentimiento, en las aguas del
rencor, en las aguas de la prevención, en las aguas del miedo, en vez de
moverse en las aguas de la fe y la confianza en Dios y por eso no ha podido ser
restaurada(o) en muchas cosas que Dios ha querido restaurarle. O nos movemos en
las aguas de la fe o nos movemos en las aguas de la duda, pero muchos mis
amados no han aprendido a moverse en las aguas de la fe…o yo creo o yo creo. La
fe es moverse en las cosas que usted no sabe cómo va a terminar el asunto, como
se van a dar las cosas.
La fe es cuando usted da un paso y le está creyendo a Dios porque usted no sabe qué va a suceder, ni de dónde van a venir los recursos, usted solo tiene fe. La fe radica en lo invisible, en lo que usted no ve, en la certeza como lo dice en el libro de Hebreos, en una certeza donde literalmente usted no sabe, usted no lo puede manipular, es decirlo con convicción. Y muchas veces no nos escuchamos el lenguaje que utilizamos y nos engañamos y tenemos velos puestos y nos movemos en lugares de dos aguas y por eso la fe no crece y el Señor no se manifiesta porque usted se mueve en dos aguas entre las aguas de la fe y las aguas de la duda y eso trae estancamiento. ¿Cómo está ejercitando hoy su fe? ¿Se está moviendo en dos aguas?
Dios es
especialista en cosas sobrenaturales… Es hora de salir del naufragio
espiritual.
Dios les bendiga grandemente.
Pastor
John Jairo Camargo Salguero
Iglesia Cristiana Integral
Embajadores de Esperanza
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