jueves, 21 de enero de 2021

LIBERTAD MENTAL Y ESPIRITUAL PARTE 2

 LIBERTAD MENTAL Y ESPIRITUAL PARTE 2


En nuestro blog anterior terminamos con una pregunta: ¿Cómo es posible que un creyente tenga una atadura? 
Para entender esta situación vamos a citar la palabra en 
Sal 139:23: "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame, y conoce mis pensamientos;" 
Esa expresión Examíname no es que Dios no sepa que hay en mi, porque Dios lo sabe todo, es que yo sepa que hay en mi, es pedirle que me ayude a ser consciente. Igualmente la expresión conoce mi corazón, es decirle a Dios: hazme conocer y entender que hay en mi corazón. Entonces cuando un área del alma está fragmentada o hay una atadura del alma estamos diciendo que es un área de su vida que no ha logrado poner bajo la sujeción de Dios, por esta razón le cuesta tanto obedecer. 
Hay un principio fundamental y es que para ser libre, usted debe desear ser libre, debe haber un componente volitivo en usted para caminar hacia la libertad. 
¿A qué le llamamos atadura? Atadura es todo aquello que hace que usted esté amarrado a algo que está en contra de la voluntad de Dios. Dios promete en  Sal 91:3: "El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora." Hay un cazador implacable de nuestras almas, una de sus herramientas es un lazo, con el lazo amarra, ata y no permite que usted viva en completa libertad. 
El primer paso para que venga libertad en la vida de una persona, es estar en Cristo, la segunda es tomar conciencia, con respecto a todo lo que traemos del mundo, del pasado, de los vínculos familiares, odios, rencores, vicios, costumbres, etc. Debemos ser conscientes que si hay un área fragmentada en mi alma, esa área puede contaminar otras áreas de mi vida y volverme licencioso, por esta razón el Señor advierte en  Ec 10:8: "El que hiciere hoyo caerá en él; y al que aportillare vallado, le morderá la serpiente."
Vamos a colocar un ejemplo; usted pudo haber sido marcado en su niñez en su área emocional, por esa razón ahora en la adultez tener actitudes, reacciones, respuestas que lo afectan y dañan a otras personas. En una ocasión conocí el caso de una pareja, tuvieron un tiempo de vacaciones, fueron a un lugar muy bonito con playa, hotel, comodidades y estando en ese lugar tranquilo, ni siquiera allí hubo paz entre ellos; y predominaron las peleas, los problemas, las discusiones, ¿la razón? por que el esposo de la señora no es detallista, no es atento, no es cariñoso, es frio y eso ha generado en la relación conflictos muy fuertes; ahora, estando en Cristo ese esposo, sigue manifestando cosas que debió soltar hace tiempo. Aún estando en Cristo, satanás buscará la forma de fragmentarle el alma, de atarle, a través de cosas del pasado que usted no ha querido soltar y cambiar o a través de cosas feas o dolorosas que se vivan en el presente y se permite que esas experiencias lo marquen; recordemos que el Señor Jesús dijo en Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. El temor, la duda, la incredulidad, el temor al fracaso, al matrimonio, al compromiso en cualquier aspecto, son lazos que satanás usa para dañar, frenar o detener el propósito de Dios en la vida de una persona.
Las ataduras del alma son una obra satánica, el diablo busca afectar a los creyentes para que no vivan en la plenitud de la libertad de Cristo y el reflejo de esas ataduras muchas veces afloran en la forma en como usted habla, las palabras que usa en medio de una discusión, en medio del problema o la dificultad, sin necesidad de ser vulgar puede estar expresando cosas tan feas, palabras de muerte y de maldición. Es allí donde tenemos que salir corriendo al lugar secreto, a la oración y confrontarnos y ahí volvemos a nuestro versículo inicial: ¡Señor, muéstrame que hay en mí, muéstrame que es lo que me está quitando libertad! en mis acciones, reacciones, comportamiento, etc. Es un acto completamente consciente y personal, cada uno debe tomar las decisiones que corresponden y depender completamente de la ayuda y  la fortaleza de  Dios.
Es fundamental entender que cada uno de nosotros somos agentes activos en la obra de Dios, tenemos que actuar y poner en obra nuestra fe; si Dios lo llama a perdonar, es usted quien debe tomar la decisión de perdonar, sanar y soltar. Si usted está en depresión es usted quien tiene que decidir salir de ese estado, tomar acciones, usar su voluntad.
Una de las evidencias que usted fue libre de una atadura es que la situación que antes lo gobernaba, ya hoy no lo gobierna ni en lo que siente, en lo que piensa, ni en lo que hace. Por ejemplo; en otro caso que traté, una muchacha que fue abusada sexualmente siendo una niña, por un familiar cercano, esa niña creció, pasaron las años, ella conoce de Dios y toda su familia; asisten a una iglesia, se consagran, sirven al Señor, son fieles a  Dios, llevan 8 años en Cristo. La muchacha conoce a un hombre de Dios, se enamoran y se casan. Ella afirmaba que toda esa experiencia traumática había sido sanada, me decía: Pastor, yo fui sana, fui libre de todo ese dolor, del abuso, yo fui sana; pero también me preguntaba, ¿no entiendo por qué me está pasando esto? Lo que sucedía es que después de 7 meses de casada empezó a sentir fastidio a todo contacto sexual, a sentir un rechazo y esa situación generó conflicto en la pareja. Ella creía que había sido libre de esa situación, pero en la realidad, no era así, aún había mucho por sanar en el corazón. Cuando una persona realmente es libre, se manifiesta en absolutamente todo y a pesar que satanás venga a recordarle el temor, la duda, el sentimiento que experimentó en el pasado, la persona avanza y no se detiene nuevamente en eso, ya no es gobernado sino que ejerce el poder y la libertad que Cristo le ha dado.
Si yo quiero libertad yo tengo que estar dispuesto a hacer lo que Dios me dice; tenemos que entender que el alma es fuerte, es muy fuerte y el alma se impone en contra de la palabra de Dios, el YO gobierna como un faraón, por eso el salmista dice: Bendice o alma mía a Jehová; le da una orden a su alma para que se sometiera a la voluntad de Dios. Si Dios dice que tenemos que soltar, tenemos que soltar, sean personas, actitudes, sentimientos, pecados, lo que sea, es necesario soltar. Cuesta y porque cuesta es que debemos depender de Dios, orar y el Señor nos dará la fuerza para soltar y ser libre.
Cuando una persona llega a Cristo, el Señor empieza su obra en orden y donde primero empieza a traer libertad es a la mente, por eso el Señor dijo en Juan 8:32  y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Usted conoce con la mente, conoceréis la verdad, la verdad de la palabra de Dios. 
"La libertad mental que viene al conocer la verdad de la palabra, trae consigo una libertad espiritual"
Ahora, tenemos que analizar que cosas hay que en sí mismas no son pecado, pero que se convierten en una atadura, por ejemplo la psico rigidez, costumbres, dedicar tiempo excesivo a un hobbie, etc. Cosas que no son pecado pero que lo están llevando a perder libertad en Cristo.
Muchas veces no dimensionamos que lo que vivimos es pasajero y por no vivir en la libertad de Cristo, no disfrutamos lo que el Señor nos ha dado.
Es mi oración que usted logre examinarse y conocer qué área de su vida necesita libertad y decida ser libre de toda atadura impuesta por el enemigo.
Bendiciones en Cristo.

Pastor
John Jairo Camargo.
Iglesia Cristiana Integral
Embajadores de Esperanza









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