viernes, 23 de octubre de 2020

LA POBREZA ESPIRITUAL

 


CONTEXTO

En este pasaje el Señor habla de las personas que son pobres en espíritu  y dice que hay una forma de pobreza espiritual que hace que usted y yo delante de Dios seamos bienaventurados.

En Palestina, en ésta época había mucha gente pobre, podíamos decir en términos de hoy, muchos indigentes, habitantes de la calle, mendigos y en su mayoría los judíos eran víctimas de un poder político extranjero que los explotaba y los oprimía. En esta época el pueblo estaba bajo el yugo de Roma, el pobre no era atendido como se debía, sus necesidades no eran suplidas y el pueblo deseaba una liberación de ese mal, había un racismo, sexismo, clasismos impresionantes, sin embargo, el Señor no se refería a estos pobres, el Señor no se refería al pobre materialmente y al que carecía de salud no.


APLICA LA PALABRA

Cuando el Señor Jesús pronunció esta bienaventuranza: Bienaventurados los pobres; pero él dice: los pobres en espíritu…y cuando él habla de éstos pobres, está hablando de aquellas personas que reconocen que necesitan de Dios en sus vidas, aquella persona que no es pobre en el espíritu, no es una persona bienaventurada ni va a ser una persona bienaventurada.

Bienaventurados los pobres en espíritu, es decir los que reconocen que en su vida necesitan  de Dios, necesitan del Señor y que no pueden llevar una vida apartados de Dios, que para cada cosa en su vida no necesitan filosofías, ni pensamientos de este mundo, ni de escritores etc. Sino que necesitan de Dios.

Esas personas que reconocen que necesitan de un Dios todopoderoso que protege, que ayuda, que levanta, que restaura, esas personas que manifiestan esa dependencia de Dios son las personas que literalmente son pobres en espíritu y nosotros estamos llamados a ser así en el sentido de que debemos reconocer que un día vamos a morir. Miren hoy las estrategias para hacer dinero, para hacer negocios, para hacerse millonario abundan por doquiera, las estrategias para llenarse de plata, ahora con el internet, para progresar a nivel material abundan, son miles de millones las estrategias que hoy se inventan y el ser humano generalmente no piensa en que a pesar de lo que usted pueda lograr en esta vida, a pesar de lo que usted pueda llegar a tener, usted un día va a morir, independientemente de que usted crea o no en Dios, de que usted se declare ateo, satánico, agnóstico, lo que usted quiera, de la religión que usted quiera literalmente usted un día va a morir y todos los seres humanos tarde o temprano tenemos una cita con la muerte y solo Dios sabe a usted cuando le toca ese llamado.

Cuándo nos tengamos que presentar delante de Dios, porque la existencia del ser humano no termina con la muerte, por lo contrario, la muerte es un paso que lo lleva a usted a la eternidad, esta vida es temporal, aquí estamos de vacaciones, aquí estamos peregrinando, aquí estamos en un viaje que un día tuvo un comienzo cuando usted nació y va a tener un final cuando usted muera y el día de su muerte ya está escrito y solo lo sabe Dios, como va a morir y de que va a morir, cuantos años tendrá, en qué lugar y en donde va a morir.

Pero Dios nos dejó a nosotros la palabra para que nosotros la estudiemos y podamos tener acceso a todos esos tesoros… a la vida eterna, a la salvación, Dios no quiere que nadie se pierda, que vaya a condenación eterna, por el contrario Dios quiere darle la oportunidad a cada uno de los seres humanos de que se arrepientan, que acepten a Cristo en su corazón. Pero tenemos que reconocer esa pobreza espiritual de que yo no puedo solo en esta vida, usted puede lograr mil cosas, usted puede lograr ser un gran millonario, un gran empresario dueño de multinacionales, pero eso de nada sirve si usted no conoce de Cristo, eso de nada sirve si usted no conoce del Señor, eso de nada le sirve si usted no le ha entregado su vida a Cristo Jesús y aquí no estoy hablando de religiones, porque la religión no salva…¡ninguna!

Entonces la persona que reconoce su pobreza espiritual es aquella que reconoce su dependencia de Dios y nosotros debemos reconocer esa dependencia de Dios. Pero cuando usted le habla a la gente de Dios, cuando usted le explica a la gente de Dios del evangelio la gente le presenta a usted muchos argumentos, excusas, pensamientos, opiniones, etc. Esas personas no están reconociendo su pobreza espiritual. Sansón no reconoció su pobreza espiritual y él no sabía que ya el Señor se había apartado de él y ese es un gran peligro cuando nosotros no reconocemos nuestra pobreza espiritual, sin darnos cuenta llega un momento en que cuando usted necesite al Espíritu Santo él va a guardar silencio.

El rico insensato que se menciona en Lucas 12 nunca aceptó su pobreza espiritual por eso él dice: Alma muchos bienes tienes guardados para muchos años, repósate, come, bebe, regocíjate, porque este hombre se estaba basando en su riqueza y el creyó que con tener ya suplido asegurado la parte material esta persona lo tenía ya todo. Entonces que no nos pase lo de este rico insensato porque muchas veces aunque no lo digamos pero si tenemos la actitud que nos lleva a actuar así, nos pasa eso, nos sentimos muy confiados porque tenemos salud, porque tenemos trabajo, porque tenemos ingresos etc. Pero tenemos que pedirle al Señor de que nos ayude a ser cada día pobres espiritualmente. Fíjense que el Señor habló de pobreza espiritual y no de campeones espirituales, y este rico a pesar de todas sus cosas materiales no proveyó para su alma, no se preparó espiritualmente para su muerte y ¿Que le dice el Señor?  ¡Necio!

Lo mismo le paso a una iglesia, la iglesia de Laodicea ellos no veían su pobreza espiritual, por el contrario, ellos declaraban: yo soy rico y me he enriquecido y de ninguna cosa tengo necesidad. ¿Qué manifestaron el rico y esta iglesia? Orgullo… y ante ese orgullo ¿Que le responde el Señor a ésta iglesia? ¿No sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo? Era una congregación con necesidades espirituales muy grandes pero no las reconocían y no las aceptaban, muchas veces a los creyentes les sucede lo mismo, no reconocen su necesidad espiritual, no reconocen su pobreza espiritual, no reconocen su necesidad de Dios y su dependencia de Dios porque, sí dicen ser creyentes, pero viven una vida donde no manifiestan esa pobreza espiritual, esa dependencia de Dios.

Entonces ¿Quién es el pobre en espíritu? Aquel que busca la ayuda de Dios para todo y en todo, la palabra griega para pobres es (TOPCOS) y se utiliza 34 veces en los escritos originales en el nuevo testamento, excepto en este pasaje de Mateo 5:3 que se emplea en un sentido espiritual, todas las demás veces describe una pobreza material pero aquí en Mateo 5:3 se está hablando de una pobreza espiritual y el Señor desea que nosotros como pobres espirituales nos comparemos como pobres materiales, aquel que vive en escases, aquel que vive necesitado, Dios espera y desea que nosotros vivamos necesitados que reconozcamos nuestra incapacidad para llevar una vida correcta solamente por nosotros mismos.

Reconocer nuestra pobreza espiritual es admitir nuestra insuficiencia humana en todas las áreas, física, psicológica, emocional, económica, etc. Mis amados la verdad es que nosotros somos insuficientes para ayudarnos entre nosotros mismos, cuantas veces no le ha pasado a usted que tiene problemas y los trata de resolver en sus propias fuerzas y más se enreda, nosotros necesitamos que Dios nos ayude.

Dice la palabra en otra versión: Felices los que tienen espíritu de pobres porque de ellos es el reino de los cielos.

BUSCAR LA AYUDA DE DIOS ¿QUÉ SIGNIFICA?

1.      *Vaciarnos de nosotros mismos para ser llenos de Dios.

2.      *Confesar que nuestros pecados nos impiden progresar espiritualmente.

 

Dice la palabra en Filipenses 4:19 Mi Dios,  pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Dice la palabra en Juan 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

Es bienaventurado el pobre espiritual con la promesa del reino de los cielos, y el reino de los cielos no lo vamos a conseguir mediante transacciones materiales, el reino de los cielos es una promesa… ¡porque de ellos es!  Es para los creyentes, para usted para mí. Y este reino de Dios es tanto para el presente en esta vida como para el futuro, el Señor no dijo será de ellos, dice es. Y donde quiera que el Señor se manifiesta ahí está el reino de Dios manifestándose, en el corazón de los creyentes cuando hay cambios. 

Yo los invito a que reflexionemos mis amados en que si en verdad estamos teniendo una vida actuando como pobres espirituales. Bienaventurados somos cuando reconocemos que dependemos de Dios para todo aceptando nuestra pobreza espiritual y dejamos que su reino se actualice en nosotros por medio de nosotros. Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos, si hay problemas, si hay luchas, si hay escases, si hay dificultades yo le voy a decir algo…empecemos por reconocer, dejemos de preocuparnos tanto, de afligirnos tanto, dejemos de angustiarnos tanto amados, y más bien  empecemos por doblar rodilla y reconocer que dependemos del Señor, dependemos de Él.

Empecemos por reconocer en medio de las luchas y de las dificultades que lo necesitamos a Él, pero si usted lleva una vida espiritual donde no hay oración, donde no hay intimidad, donde usted sabe conscientemente que no hay una relación espiritual  con el Señor, usted no estudia la palabra, usted no la lee, usted no manifiesta un amor diario por las escrituras, entonces pídale perdón al Señor y pídale que le ayude a ser pobre en espíritu, que le ayude a serlo cada día y que no viva usted cada día en una autosuficiencia hermano(a) sino que haya una dependencia del Señor, oremos, pidámosle al Señor si hay luchas, si hay dificultades, rindámonos a Él. Bienaventurados los pobres en espíritu, los que dependen de Dios, los que reconocen que necesitan de Dios cada día y para todas las cosas por pequeñas que sean.

Y yo quiero dejarlos con esta reflexión pequeña, porque quiero que medite y piense en este momento, que haga una oración, que tenga un tiempo allí a solas en el lugar secreto con Dios, quizás tenemos que reconocer que nos hace falta ser pobres en espíritu, y te pedimos perdón porque muchas veces frente a las luchas, a las debilidades de la carne sucumbimos, nos dejamos rendir y decimos: ya no sabemos que más hacer…si hay algo por hacer y es rendirnos a la presencia de Dios, ir allá encerrarnos a solas en el lugar secreto y decirle al Señor : Yo no puedo más. ¡Ayúdame! Señor yo tengo que reconocer que soy autosuficiente, tengo que reconocer que llevo una vida como a mí me parece, que yo desarrollo las cosas en mis fuerzas, y hoy te tengo que pedir perdón. Ayúdame y enséñame a depender de ti y que a cada día de mi vida la única pobreza que se manifieste sea la pobreza de mi espíritu, esa dependencia de ti, esa hambre y esa sed por ti por tu palabra, ayúdanos a poner en orden nuestra vida, ayúdanos a cerrar puertas que han estado abiertas, ayúdanos a decir no al pecado Señor, glorifícate sobre nuestras vidas, reconocemos bendito Dios que dependemos de ti y quizás por eso muchas situaciones hasta el día de hoy nos amargan porque no dependemos de ti, todo lo queremos manejar en nuestras fuerzas según nuestra opinión, según nuestra sabiduría humana, según lo que nos parece que debería ser, ayúdanos Señor te lo suplicamos ayúdanos Dios del Cielo, que no contristemos tu Santo Espíritu, que se apague tanto que ya ni obra ni se mueve ni lo sentimos y no nos importa, ten misericordia Señor de cada uno de nosotros porque muchas veces creyendo que dependemos de ti estamos dependiendo de nosotros mismos, ayúdanos a morir Señor te lo suplicamos, tú lo dijiste: bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos.

Sansón pudo hacer cosas sobrenaturales mientras reconoció su pobreza espiritual y dependió de ti pero un día quiso hacer uso de esa fuerza para descubrir con sorpresa que ya no la tenía, le había sido quitada la unción y no se había dado cuenta. Señor perdónanos, ten misericordia y perdónanos, que haya una  dependencia en todas las áreas, que aquel que actúa con rabia, ira, orgullo, prepotencia, resentimiento, desobedeciendo a tu palabra reconozca hoy Señor que debe depender de ti, no de sus emociones, de su carácter,  ayúdanos a restaurar todas las cosas y no permitas que se nos siga pasando la vida en estancamiento, en un desierto te lo suplicamos Señor  Jesús y te pedimos que nos ayudes bendito Dios, que no digamos nosotros como ese rico insensato: alma mía, muchos bienes tienes guardados para muchos años, repósate, come, bebe, regocíjate…no Señor guárdanos por favor no queremos ser necios. A ese rico, adinerado, poderoso tú le dijiste: necio, que no seamos Dios como esta iglesia de Laodicea que nunca reconoció su pobreza espiritual, su dependencia de ti porque estaba confiada en todas las cosas materiales, en el poder y la fuerza social que tenían, y ellos se veían de una manera y decían: yo soy rico me he enriquecido y de ninguna cosa tengo necesidad, pero cuando tu hablaste tu les dijiste lo que realmente eran: miserables, desventurados, pobres, ciegos, desnudos, ayúdanos Señor, ayúdanos a reconocer que sin ti no somos nada y te necesitamos te lo pedimos bendito Señor en el nombre de Jesús.

Amén y Amén.

Pastor:
John Jairo Camargo Salguero
Iglesia Cristiana Integral 
Embajadores de Esperanza

 

 

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