ENEMIGO
ÍNTIMO
Claramente la biblia nos
habla de pecados, nos habla de las consecuencias de esos pecados, nos
advierte ampliamente lo que puede pasar por causa del pecado. Y hay
pecados que son visibles, hay pecados que son evidentes, hay otros pecados que
no son tan evidentes, pero son pecados; y hay pecados que sin
ser tan evidentes o visibles como pueden ser otros no dejan de ser
pecados pero que incluso también nos pueden ocasionar mucho daño.
Vamos a hablar hoy de un
pecado, en el que se cae con muchísima frecuencia no poca sino
con mucha frecuencia. Y es un pecado que muchas veces no se ve porque
no es evidente muchas ocasiones, es un pecado que muchas veces se sabe
ocultar, se sabe tapar pero que está allá en el corazón y recordemos
que delante de Dios no podemos ocultar nada, pues Él sabe que ese
pecado está ahí y es el pecado de la amargura.
Dios nos manda que no
debemos guardarlo en el corazón, Sin embargo; el creyente hoy se
amarga muchísimo sin darse cuenta y francamente ¿A quién no le
ha pasado que por una razón u otra se amarga?
En el libro de los Hebreos 12: 14 - 17
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; 16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. 17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
Cómo sufre el alma por causa
de la amargura, como caemos en pecado fácil por causa de la amargura, la
amargura consentida en el corazón en sí misma ya es un pecado. Pero ésta,
además nos lleva a cometer graves errores y a sumarle al pecado más pecado. Pocos
pasajes en las escrituras son tan directos y prácticos como este pasaje que
acabamos de leer, porque cubre el gran deber de los creyentes, pero además
habla de algunos de los peligros que como creyentes corremos.
Ese gran deber está en el versículo
14: Seguid la paz con todos, y además de la paz la santidad, sin
santidad nadie verá a Dios. Y el gran deber del creyente es ése seguir
la paz y la santidad.
Esa palabra seguid
viene de una raíz griega diókete que significa: correr detrás, rastrear,
buscar, perseguir y denota la idea de resistir, de buscar
afanosamente. Nosotros vivimos en un mundo lleno de personas malas a
quienes les importa nada la paz, la santidad; aquí lo importante es
conseguir lo que se quiere, al precio que sea, sin embargo, el
creyente tiene un mandamiento de parte de Dios; no debe darse por
vencido. Hay días de días, hay días que usted quiere buscar de Dios se
siente animado, se siente bien; pero hay días que no se siente igual, hay
días que usted se siente desmayar, como que usted camina, se mueve, se levanta,
se baña, se viste y habla por pura y física inercia, pero muchas veces no hay
motivación para eso.
Entonces nosotros
estamos llamados a buscar la paz, pero también a buscar la santidad. La
santidad es estar apartados, no conformarse a este mundo, a este siglo, somos
sal, estamos llamados a ser diferentes. Usted y yo debemos buscar la paz
con absolutamente todos los seres humanos y no importa quiénes sean sí son
creyentes o no son creyentes, debemos vivir en paz.
Muchas veces la raíz que
genera amargura en el corazón es todo aquello que usted tiene contra
alguien que no ha solucionado. Porque hay alguien con contra quien usted
no siente paz. Entonces hay 2 elementos significativos aquí que tenemos
que enumerar:
El primero, es que hay algo
que causa ese conflicto en el alma, que genera amargura, y cuando eso
sucede, el creyente tiene que hacer todo lo posible para solucionar ese
conflicto, ya sea con esa o esas personas o en oración, si no le es posible con
esas personas, entonces el creyente debe tomar la decisión de tener paz; traer
paz, mantener esa paz.
El Señor Jesús pasó su vida
combatiendo el mal, el Señor Jesús pasó su vida luchando contra la
persecución y el señalamiento, contra las cosas injustas. Y usted cuándo
permite que la amargura llene su corazón, significa que usted se está dejando
vencer de lo malo. Y la palabra dice que no debemos ser vencidos de lo malo,
sino que debemos vencer con el bien el mal - Romanos 12:21.
Entonces nosotros debemos
seguir la paz porque cuando usted no sigue la paz con los demás, usted
literalmente va a ser atrapado por la amargura, la falta de paz; tomen nota de
esto, la falta de paz es la semilla que da origen a la amargura.
La falta de paz en contra de
una persona o en contra de varias personas, es la semilla que da origen a la amargura. La
falta de paz es la semilla, la amargura es el fruto de esas
semillas. Por eso dice aquí la palabra: Mirad bien, No sea que
alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando alguna raíz de amargura. Entonces
debemos seguir la paz con todos, si usted tiene que ponerse a cuentas con
alguien, hágalo, pida perdón.
Cuando la gente está fría
como una paleta, espiritualmente hablando, cuando hay una afectación espiritual,
psicológica, ya ni siquiera quieren escuchar la palabra porque consideran que Dios
ya no puede restaurar aquello que está desordenado y que ellos mismos dañaron. Y
eso es un acto de orgullo y de prepotencia, no lo vemos así pero así es. ¿Y
porque es un acto de orgullo y prepotencia? Muy sencillo, porque si la persona
tiene problemas, un conflicto y ya no busca la consejería, ya no quiere
escuchar la palabra, ya no quiere escuchar una exhortación, porque considera
que las cosas no van a cambiar, no van a mejorar; entonces la persona está
diciendo que el poder que esa persona tiene para dañar las cosas en su vida es
superior al poder que tiene Dios para restaurarlas.
Tenemos que abrir los ojos mis amados, porque muchas veces estamos actuando con orgullo, estamos actuando con prepotencia, estamos actuando con soberbia y no pasamos de decir: “Sí, yo quiero que las cosas se arreglen y cambien” pero por otro lado no está colocando de su parte. Tenemos que ser honestos y sinceros, las cosas muchas veces no cambian y no se solucionan porque de fondo no hay voluntad, porque el creyente ya se dejó vencer de lo malo, no se está obedeciendo la palabra, lo que dice en el libro de Romanos 12:21:
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
Muchas veces, le permitimos nosotros al agresor continuar con el ataque, pues este se va a sentir alentado en su naturaleza perversa. El problema no fue la ofensa ni la grosería, el problema es la amargura que eso le genera, porque ese momento de agresividad, de calumnia etc. ya pasó. El problema es lo que usted hace con eso y ahí es donde usted esta perpetuando la ofensa, ahí es donde usted esta perpetuando el daño que le hicieron, el engaño, la decepción, lo que sea. Por eso dice en Romanos 12:18:
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
Creyentes o no creyentes, en cuanto sea
posible esté en paz. Si no le es posible dejar en paz las cosas con la persona,
porque ya es ofensivo, es grosero, aléjese; pero
no cargué esa ofensa en su alma, no siga allí envenenado, muchas veces no
hay contacto con el ofensor, ya no lo ve, ni lo trata, pero en su alma hay una lucha interna que le está
generando falta de paz y le están empezando a brotar raíces de amargura.
Romanos 14:19 Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua
edificación. ¿Qué tenemos que hacer? Seguir lo que contribuye a la paz
y a la mutua edificación.
Ahora cuando la amargura
se genera en el corazón de un creyente hay muchos peligros a los que esta
persona sin darse cuenta se está exponiendo, hay gente resentida y
amargada. Sí, hay gente por ejemplo que le sirven un plato de comida y
está con otras personas a la mesa y está mirando si el plato de las otras
personas tiene más comida o no, hay gente amargada. Una vez le pregunté a
una persona por los hermanos y me dijo: no esos solo lo buscan a uno cuando
necesitan, eso ni me los mencione… Ah pero eso sí vayan y necesiten, ahí
sí cuando están fregados hay si vienen y me buscan, pero esta uno necesitado,
esta uno con un problema, nadie aparece…
esa persona tiene ya en su corazón raíces de amargura que no solo lo
contaminan a él sino que además están contaminando a mucha gente.
Usted puede estar
contaminando con su testimonio incluso a su misma familia y usted es
responsable delante de Dios y le van a demandar cuentas de eso cuando Dios lo llame
a su presencia, usted va a ser responsable también de que testimonio dio a su
familia, porqué es que nosotros pensamos mis amados que con los demás podemos
ser una elegancia socialmente, pero con la familia nos tratamos como se nos
antoja. Tratamos mejor a los zapatos, tratamos mejor al perro, y
usted va a ser también responsable y le van a demandar cuentas de que
testimonió dio usted en su casa, así su familia lleve más tiempo en Cristo. Aquí
no se trata del que más tiempo lleve en Cristo, todos estamos llamados a ser
sal, a ser luz, así que usted no puede decir: ah no usted es la que lleva
más tiempo en el Señor, usted debería dar ejemplo, ¡no! ¡de el ejemplo usted! porque
hay una responsabilidad personal que Dios nos va a demandar.
Cuando brota esa raíz de
amargura, como si fuera poco lo primero que a usted le pasa, al primer peligro
que usted se está exponiendo, es dejar de alcanzar la gracia de Dios… mire el versículo 15. Entonces, ¿Esa
gracia de Dios como la debemos entender? No es gracia para salvación, no, literalmente
esa gracia es, el favor y la bondad de Dios… el favor y la bondad de Dios.
Quiero hacerle una pregunta: ¿Tiene
usted peticiones de oración, tiene usted necesidades? Las personas
que nunca, nunca piden una petición de oración, por una necesidad; es gente con
autosuficiencia en su corazón. Hoy alguien me decía: <<pero, es que
congregarse no es importante>> yo le dije: mire amigo se equivoca, es
importante, porque el congregarse fortalece la fe, cuando usted se congrega el Espíritu
Santo se mueve colectivamente y fortalece la fe de la gente, de sus
hijos. Una cosa es que a usted le cuenten cómo estuvo la reunión, otra
cosa es que usted esté presente en la reunión, y Dios bendice cuando hay
un pueblo que se congrega alrededor de la palabra porque eso es lo que hacemos,
nos congregamos alrededor de la palabra por eso es importante ese alimento.
Es que la congregación no es
porque si, no es un capricho de Dios, porque si no fuera importante a nivel
espiritual, Dios no lo demandaría.
Entonces, cuando habla
aquí del favor, de la gracia está hablando del favor y la bondad de Dios; y
dice la palabra que la amargura es tan peligrosa que si a usted le brota una
raíz de amargura, usted corre el riesgo dice: no sea... hay un riesgo, no
sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios. Cuando usted le dice a su
hija: ¿Va a salir? lleve una sombrilla que va a llover, no sea que se moje ¿Usted
qué le está diciendo? hay un riesgo de que llueva y usted se moje. No
sea… pero fíjese en esto, empieza diciendo este versículo 15 Mirad
bien. ¿Qué significan esas 2 palabritas mirad bien? Significa examinar
diligentemente, detalladamente, cuidadosamente, estar atento, evitar
el descuido… mirad bien, es examinar su corazón.
Cuando usted habla mal de
alguien, se expresa mal de alguien, de quien sea un compañero, un familiar, un
jefe, el vecino, etc. y eso permanece, eso persiste en usted y a usted alguien le
dice, le menciona la persona y usted inmediatamente se encrespa, usted debe
mirar bien, examinarse;
- ¡oiga no hable tan feo!
- ¿ay, pero ¿qué?
En vez de revirar, porque
muchas veces uno no piensa sino con los pies, guarde silencio y reflexione...
¿Señor por qué estoy hablando así tan feo? sí yo sé que me hicieron daño me
hicieron esto, me hicieron aquello, pero yo… estoy hablando feo, me estoy
expresando feo, me estoy expresando muy mal… y esto no es lo que Dios me
manda.
Cuando nos brota la amargura
en el corazón, dice con raíz, lo que significa que la amargura después de que
usted le da lugar en su corazón en su vida, sacarla de su vida ya se hizo muy
difícil.
Mis amados, muchos hogares se
acaban no por infidelidad, no por maltrato físico, no por engaños, no por
mentiras, no por problemas económicos, no… ¿sabe porque se acaban? por amargura, cuando
hay esos problemas si persisten y persisten y persisten va brotando raíz de
amargura en el corazón, no nos damos cuenta, porque como la raíz brota debajo
de la tierra y no se ve así son las raíces de amargura en el alma, no las vemos
muchas veces las ignoramos, pero el fruto si, empezamos a ver cómo nos
contamina a nosotros y como contamina a los demás.
La biblia no habla cosas en
vano, ahora vuelvo a la pregunta que les hice un hace un rato ¿Ustedes tiene
necesidades? Todos tenemos necesidades y queremos que Dios nos responda, ¡sí! queremos
que Dios nos responda, pero, si usted deja de alcanzar la gracia de Dios, es
decir; el favor y la bondad del señor, eso va a retrasar la respuesta, eso
va a retrasar la bendición; mis amados entendamos una cosa… usted y yo
necesitamos el favor de Dios cada segundo de nuestras vidas. No es sólo para
por la noche, no es sólo cuando usted sale a trabajar, ¡no! El favor de Dios
lo necesitamos a cada instante, mientras usted está durmiendo, porque durmiendo
usted puede morir; un ataque al corazón y quedó ahí, o se levantó a
bañarse y murió de un ataque al corazón en el baño.
¡Necesitamos el favor de Dios!
y si usted está lleno, llena de amargura, usted está en pecado y debe
arrepentirse, ¡urgente! tirarse de rodillas apenas termine de leer este devocional
y pedirle perdón a Dios y renunciar a esa amargura. Es tan fuerte la
amargura que habla de raíces, brotando alguna raíz... entonces soy
invadido de la amargura, dejo de alcanzar la gracia de Dios. ¿Qué hacemos
nosotros caminando sin la bondad de Dios y el favor de Dios? sí cuando usted
pasa una hoja de vida, cuando usted trabaja, cuando usted hace algo nuevo, un
emprendimiento, la consagración, un noviazgo, la paternidad, todo, en
absolutamente todo usted necesita el favor de Dios.
Hasta para hacer un plato de
comida usted necesita el favor de Dios, la gracia de Dios, cuando llega a un
sitio, necesita algo usted necesita la gracia de Dios; cuando va al médico,
Señor dame la gracia para que me atiendan bien y rápido, cuando va a
viajar Señor dame la gracia que me acompañe tu favor, que me acompañe tu bondad,
como lo dice tu palabra que todo lo que mis manos toquen se ha prosperado Señor, ¡todo
es todo!. Pero por causa de esa amargura usted puede perder esa bondad
y ese favor.
Fíjese lo que dice y no se
confunda por favor, no es que Dios le quita a usted esa bondad y ese favor
¡no! Dios no hace eso, lo que sucede es que usted lo deja de alcanzar, lo dice
la biblia aquí en el versículo 15 no dice: mirad bien no sea que a alguno
le sea quitada la gracia de Dios, no… dice: que alguno deje de alcanzar,
lo que sucede es que yo dejo de
alcanzar la gracia de Dios, está al alcance de cada uno de nosotros pero por
causa de la amargura usted puede dejar de alcanzarla, ¿Por qué? lo dice ahí más
adelante por qué hay un estorbo, os estorbe. Entonces la
gracia de Dios es dada de manera gratuita a todos para salvación, el favor de Dios,
la bondad de Dios, pero usted puede dejar de alcanzarla. No es que Dios se
la quita, usted mismo se está perjudicando. Digamos que a usted le dicen que
estando en una finca puede coger de todos estos árboles frutales toda la comida
que quiera y ahí todas las frutas, pero esos
árboles son altos tienen 4 metros de altura, entonces el dueño de la finca le
dice:
- mira te voy a entregar esta
escalera qué es muy segura. Le explica cómo usarla para que usted se suba y al
alcance de ese fruto es suyo. El dueño de la finca se lo entregó, disfrútelo.
Pero al otro día usted se
levanta teniendo hambre, trozado del hambre, hasta enfermo del hambre que
tiene, pero no sabe dónde dejó la escalera, el fruto sigue ahí, pero
usted necesita acercarse, pero su descuido con la escalera le está estorbando
el poder alcanzar ese fruto que es suyo. El dueño de la finca se lo dio, es
suyo por derecho, la gracia de Dios es exactamente igual amados esa gracia
jamás en la vida, jamás en la vida Dios la quita, si la quita nos mata, no…
pero la biblia nos está diciendo que por causa de la amargura usted deja de
alcanzar ese fruto.
Le voy a poner otro ejemplo; Dios
quiere restaurar aquella relación que se rompió en el pasado por la razón
que sea, Dios dice por mi gracia yo la quiero restaurar cuentan con mi bondad y
con mi favor, pero usted con esa raíz de amargura que tiene no alcanza esa
restauración que Dios ya dispuso y usted sigue sufriendo y usted sigue amargado
y malgeniado y recordando el daño del pasado, siendo sarcástico, reprochando, criticando
atacando, etc.
La gracia de Dios no se puede
quitar es imposible que nos sea quitada por una razón porque el resumen de lo
que es la gracia de Dios es Cristo… de tal manera amó Dios al mundo que
ha dado a su hijo unigénito para que todo aquél que en él crea no se pierda mas
tenga vida eterna. Él es la esencia central de toda gracia dada a los
hombres ¡Cristo! Y el Señor no va a ser quitado jamás, siempre usted
podrá llegar a Él, pero nos está diciendo la palabra que puede haber un
estorbo.
Dios es rico en misericordia
dice la palabra, por su gran amor con que nos amó, que aun estando
muertos nosotros en pecado nos dio vida juntamente con Cristo. Yo he
hablado con mucha gente, he tenido la oportunidad de hablar con muchas personas
que no conocen del Señor. Hoy le compartí a una persona, esta persona me
contaba muchas cosas, alguien que no conoce de Dios. Y esta persona
me hablaba de todo lo que hecho en su vida ha robado, asesinado gente, se
ha prostituido, ha consumido y vendido drogas. Ha hecho cosas
terribles en su vida. Yo le compartí del Señor, Le invité a hacer una
oración, le invité a recibir a Cristo en su corazón y esta persona dispuso su
corazón y dijo: ¡sí yo quiero recibir a Cristo! Sí y aceptó a Cristo y se
fue contenta esta persona, se fue feliz. ¿Ustedes creen que la gracia alcanzó
esa persona? Claro… claro que la alcanzó. Claro que Dios le ama, claro por
supuesto aun estando muerta esta persona en sus delitos. Entonces fíjese
la gracia no puede ser quitada. Por eso dice: que alguno deje de
alcanzar… dejando de alcanzar, mis amados pensemos en cuantas
necesidades tenemos, en cuantas peticiones de oración tenemos, cuando
viene la respuesta la gracia de Dios se manifestó sobre esa necesidad, la gracia se manifiesta todos
los días a toda hora en todo momento y en todo lugar, pero específicamente
hablando de una necesidad, cuando usted tiene una necesidad la que sea, un
trabajo, por ejemplo y viene la respuesta y se abre una puerta créame que
se está manifestando el favor de Dios y la bondad de Dios. Cuando una persona
se presenta a un concurso laboral y entrevistas y pruebas etc. y la persona
pasa no es por sus capacidades; claro usted debe tenerlas, ahí hay un
ingrediente que interviene que es su diligencia, su estudió, su preparación,
pero eso sin el favor de Dios y la bondad de Dios no le van a servir para absolutamente
nada.
La gente quiere restauración, pero
no sueltan la amargura, esa restauración no va a llegar, empiece por
examinarse usted. Mis amados es que
la amargura es una zancadilla que el diablo le pone en nuestras almas para no
alcanzar las bendiciones de Dios y para dejar de alcanzar la gracia de Dios, la
bondad y el favor de Dios por eso es un estorbo, fíjese qué dice: os
estorbe.
En Efesios capítulo 4: 31 dice la palabra: Quítense de vosotros toda amargura,
entonces aquí no es Señor libérame, ¡No! Usted se la puso… quítesela,
es un acto de su voluntad, es una decisión, <<es que no puedo>>
mentira del diablo. Es una decisión quítense de vosotros toda
madura.
En Santiago capítulo 3:14 dice: Pero si tenéis celos amargos y contención en
vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad. ¿Ahí
está hablando de qué? Amargura… cuando se le menciona una persona y usted dice inmediatamente
le desea algo malo a esa persona, eso es contención en el corazón.
En Hechos capítulo 8:23 lea toda la historia es muy interesante el apóstol le dice a
un hombre: Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que
estás. Ahora piense usted en esto ¿Porque se asocia la
amargura a una prisión de maldad? porque la persona que permite la amargura en
su alma entra en prisiones de maldad, qué peligroso es esto. Entonces este tema de la amargura no se trata
simplemente de un tema en el que usted siente algo, por qué la amargura no es
un sentimiento, la amargura es un estado del alma.
Ahora ¿Por qué el apóstol le dice esto a este hombre? Hechos capítulo 8:18
Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, ¿que hizo? les ofreció dinero. 19. diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiera las manos reciban el Espíritu Santo. 20. Entonces Pedro le dijo: tu dinero perezca contigo, por qué has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21. No tienes tu parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no está recto delante de Dios. 22. Arrepiéntete, pues, de ésta tu maldad, y ruega a Dios, sí quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; 23. Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
El apóstol vio el estado del
alma de este hombre en amargura, por eso ofreció plata, ¿Sabe qué pasa?
cuando una persona está en amargura, es una persona que busca hacer las cosas
en sus fuerzas, a su acomodo, a su manera, este hombre lo hizo.
La pregunta es: ¿El
hecho de haberle ofrecido plata, queriendo comprar el don de Dios, qué
relación tiene con la amargura? Bueno, el tema no es tanto el acto de
ofrecer el dinero, es lo que hay detrás, del querer manipular y hacer las cosas
a su manera, y así le pasa al amargado mis hermanos. Hable usted con una
persona amargada, por su hogar, o con su trabajo y verá que no le va
a prestar atención, y verá que no se va a dejar a ayudar, y verá que va a
huir de la consejería, no va a sacar el tiempo pudiendo hacerlo no lo saca, presta
tiempo a otras cosas. El amargado hace las cosas a su manera, impone su
voluntad, es como él diga, eso es hiel de amargura. No podremos obtener
esa gracia, si nosotros no trabajamos, en esa amargura.
Si usted hoy, siendo honesto
identifica que hay amargura, yo le invito a arrepentirse, porque
la amargura es una forma de inmundicia en el alma. Dice la palabra en
Efesios 5:3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni
aún se nombre entre vosotros, como conviene a santos. La amargura
tiene que ver con cosas terrenales eso no es de Dios, por eso dice la palabra
en Colosenses 3:5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: sabe
porque muchos hogares no se restauran, porque hay orgullo y hay prepotencia... así de sencillo. Y le dan lugar al
diablo y llevan las cosas a los extremos terribles y después apágame el
incendio Señor.
El señor la apaga el incendio,
pero las cenizas quedan, no se le olvide nunca eso. Y a veces
llevamos las cosas a unos extremos cuyos resultados no nos alcanzamos a
imaginar. Mis amados tengamos cuidado, no demos lugar al diablo, usted
le da lugar al diablo y no se imagina el daño que le puede llegar a hacer a
usted, a sus hijos y a su vida.
Dios le guarde, Dios le
ayude, Bendito Señor Jesús te damos gracias, te bendecimos por tu palabra.
Amén.
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